¿Qué pasa si tienes miedo a las arañas?
Los síntomas de la aracnofobia incluyen náuseas, ansiedad, sudoración, taquicardia, conductas de escape y evitación o parálisis, crisis de ansiedad o ataques de llanto entre otros ante la visión o evocación de un arácnido. En casos muy extremos pueden darse incluso alteraciones perceptivas.
¿Cómo se puede superar el miedo a las arañas?
Como la mayoría de las fobias, la aracnofobia se puede curar con tratamiento psicológico. Lo habitual es usar métodos que exponen al fóbico al animal que le aterroriza, terapia de choque o desensibilización sistemática.
¿Cuáles son las causas del temor a las arañas?
Existe una tendencia que sugiere que la aracnofobia tiene su origen en la genética. Argumento que, debido a que nuestros antepasados africanos estaban en constante riesgo con arañas, desarrollaron en su ADN un instinto de supervivencia que ha ido asimilando a los arácnidos como un animal dañino para nuestra especie.
¿Qué es el miedo a las arañas?
Para algunos, el miedo a las arañas es innato y no aprendido. Según un dúo de psicólogos, las arañas son un peligro ancestral evolutivamente persistente con el que los humanos están especialmente sintonizados, incluso cuando no estamos prestando especial atención a cualquier otra cosa en nuestro entorno.
¿Qué causa la fobia a las arañas?
El miedo puede aparecer también de manera anticipada en situaciones en el que es probable que el animal en cuestión aparezca o hacia los productos de su actuación, como las telarañas. Las causas de la fobia a las arañas ha sido discutidas a menudo por los diversos profesionales que han tratado su etiología.
¿Por qué las arañas son una amenaza tan grave?
Lo curioso es que las arañas no son una amenaza tan grave en estos días, en comparación con el pasado profundo. Solo alrededor de 200 de 40.000 presentan serias preocupaciones médicas para adultos sanos, con cerca de 200 muertes confirmados al año en todo el mundo. Una cifra realmente exigua.
¿Cuáles son los síntomas de la aracnofobia?
Los síntomas de la aracnofobia incluyen náuseas, ansiedad, sudoración, taquicardia, conductas de escape y evitación o parálisis, crisis de ansiedad o ataques de llanto entre otros ante la visión o evocación de un arácnido. En casos muy extremos pueden darse incluso alteraciones perceptivas.