¿Dónde vivia Tolkien?
BirminghamJ. R. R. Tolkien / Lugares en los que vivió
¿Cuándo empezó a escribir Tolkien?
Algo antes de 1930 Tolkien comenzó a escribir El Hobbit; era un cuento para leer a sus hijos más pequeños antes de dormir, pero lo abandonó antes de terminar, y no imaginó lo que ese cuento iba a suponer para él.
¿Cuando vivio Tolkien?
(Bloemfontein, Sudáfrica, 1892 – Bournemouth, Reino Unido, 1973) Escritor británico de origen sudafricano mundialmente conocido como autor de El señor de los anillos (1954-1955), un verdadero clásico de la literatura fantástica.
¿Cómo transcurrio la infancia de J. R. R. Tolkien?
Hijo del banquero Arthr Reuel Tolkien y de la misionera Mabel Suffield. Se mudaron a Sarehole, pueblo rural a las afueras de Birmingham donde Tolkien vivió hasta 1903. Su madre le enseñó las bases académicas (Latín, Griego, Matemáticas y Literatura Romántica). Fue un estudiante perezoso.
¿Quién creó la bibliografía cronológica de los escritos de Tolkien?
↑ «Una bibliografía cronológica de los escritos de J. R. R. Tolkien, compilada por Åke Bertenstam». Archivado desde el original el 27 de octubre de 2009.
¿Cuáles fueron los idiomas aprendidos por Tolkien?
Tolkien aprendió latín, francés y alemán de su madre y, mientras estaba en el colegio, aprendió inglés medio, inglés antiguo, finlandés, gótico, griego, italiano, noruego antiguo, español, galés y galés medieval.
¿Cuáles fueron los libros más famosos de Tolkien?
A pesar de su ajetreada y difícil vida, Tolkien publicó una gran cantidad de trabajos entre 1925 y su muerte. Algunos de sus libros más famosos son Egidio el granjero de Ham, Las Aventuras de Tom Bombadil, Hoja de Niggle, El Herrero de Wootton Mayor y El regreso de Beorhtnoth. En 1969, Edith y Ronald se trasladaron a Bournemouth.
¿Cuál fue el primer poema que Tolkien consiguió publicar?
El primer poema que Tolkien consiguió publicar fue La batalla del Campo del Este en 1911, cuando tenía diecinueve años. Desde hacía tiempo, Tolkien estaba interesado en el inglés antiguo o anglosajón y se había dedicado a leer varias obras en esta lengua, entre ellas, el poema anónimo Christ I; dos líneas de este le impresionaron especialmente: