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¿Cuál es el valor de los violines Stradivarius?
Considerados “obras de arte” y construidos de forma exclusiva el luthier italiano Stradivari, los violines Stradivarius son instrumentos de altísimo valor. Están valuados en millones de dólares y salvo el mercado de coleccionistas, no son comercializados.
¿Cómo saber si un Stradivarius es original?
Hola Antonio, si fuera un Stradivarius original tendrías un certificado que lo demostrara. Las características que comentas son habituales en miles de violines. Para tasar su valor y calidad deberías llevarlo a un luthier o tienda especializada, y que te dijera si merece la pena ser restaurado.
¿Cuál es el precio más alto de un Stradivarius?
Finalmente, Lady Blunt alcanzó el precio más alto de un Stradivarius: 15,9 millones de dólares. Violín perteneciente al Cuarteto Real. Fuente: Wikimedia Commons. Cada instrumento del Cuarteto Real está valorado en más de 25 millones de dólares
¿Quién es el maestro de los violines?
Antonio Stradivari nació en 1644 en Cremona, Italia. Tras varios años aprendiendo del maestro lutier Niccolo Amati, decidió montar su propio taller artesano. La particular forma de sus violines, más estrechos y alargados que los habituales, sumados a su prodigioso sonido, provocaron que su nombre fuera muy conocido entre los músicos de la época.
¿Cuánto cuesta una viola hecha por un luthier?
Conforme mencionó, en una última subasta de una viola hecha por el luthier, el precio llegó a los US$ 20 millones. Un dato importante sobre esto es que, para constatar el valor de los instrumentos Stradivarius, se debe contar con el certificado que valide su autenticidad, situación que muy pocos luthiers pueden acreditar.
¿Por qué se separan los violines?
Esa separación, estimaron, ha sido causada por cientos de años de tocar en esos violines: la vibración alteró el material.
¿Cuál es la diferencia entre el violín mítico y la sazón química?
La principal diferencia es que las planchas del violín mítico fueron tratadas con baños de minerales: los fragmentos que estudiaron los investigadores, de dos cellos y tres violines (sólo uno Guarneri), estaban infundidos de aluminio, calcio, cobre, sodio, potasio y zinc. «Este tipo de sazón química era una práctica inusual», se lee en el ensayo.