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¿Quién fue Judas en la vida de Jesús?
Judas Iscariote es famoso por ser el discípulo de Jesucristo que lo traicionó a cambio de 30 monedas de plata. En Semana Santa su nombre vuelve a la actualidad e incluso aparece en algunas de las procesiones que presentan como escena el paso del ‘Prendimiento’.
¿Quién es el padre de Judas?
Simon IscariotJudas Iscariote / Padre
¿Cuándo nació Judas?
Judas Tadeo
| San Judas Tadeo | |
|---|---|
| Nombre en hebreo | ג’ודאס טדיאו |
| Nacimiento | Siglo I Qana, Galilea, Imperio romano |
| Fallecimiento | Aproximadamente entre 60 y 70 en Suamir o Suanis o Edessa, según diferentes tradiciones |
| Causa de muerte | Decapitación |
¿Quién fue Simon Iscariote?
Simón el Cananeo, también llamado Simón el Zelote, fue uno de los doce apóstoles de Jesús de Nazaret. Es el apóstol del que existe menos información. El teólogo y doctor de la Iglesia Jerónimo de Estridón no le menciona en su obra De viris illustribus (Los varones ilustres), escrita entre el 392-393.
¿Qué pasó con el cuerpo de Judas después del entierro?
El evangelio continúa contando que, tres días después del entierro, el cuerpo de Judas fue robado de su tumba y se difundió el rumor de que Jesús había resucitado de entre los muertos. Al oír esto en el Tercer Cielo, Jesús pidió a Dios que lo enviara de regreso a la tierra.
¿Quién es el padre de Judas Iscariote?
No se saben muchos datos certeros acerca de Judas Iscariote, pero en la Leggenda di Giuda se cuenta que sus padres, Rubén y Ciborea, lo abandonaron a las olas del mar recién nacido porque en sueños habían sido advertidos que causaría la ruina de su pueblo.
¿Cuál fue el papel de Judas en la Biblia?
Para muchos estudiosos de la biblia, el papel que tuvo Judas fue muy importante. Judas, que literalmente significa « glorioso «, fue él quien ayudó a Jesús a completar su obra. La obra de Jesús fue arreglada de antemano para ser completada de una manera específica: ser traicionado y crucificado, para poder resucitar.
¿Qué es la Epístola de San Judas?
Se atribuye a San Judas una de las epístolas canónicas, que tiene muchos rasgos comunes con la segunda epístola de San Pedro. No está dirigida a ninguna persona ni iglesia particular y exhorta a los cristianos a «luchar valientemente por la fe que ha sido dada a los santos.